¿Qué es ser feliz?
¿Es un estado transitorio, un instante fugaz o una estación perenne en el camino de la vida? ¿Se crea, cultiva o cuida? ¿Se encuentra por casualidad, casi como si fuese un tropiezo, cual baldosa despegada ligeramente de las demás en un pavimento agrietado y viejo?
¿Es el culmen de la consecución de sueños y superación de retos y expectativas, o por contra la causa que te empuja a la realización de todos ellos?
¿Te busca? ¿Te sorprende de improvisto? ¿Se hace? ¿Se tiene? ¿Es amiga de la suerte?
Lo único que sé es que la felicidad es líquida, pues adopta la forma del recipiente que la contiene. Ese recipiente rara vez es perfecto, casi siempre tiene algún defecto, bien por diseño o desgaste, que reduce su volumen y su utilidad.
La felicidad es también enemiga del espejo, porque su propio reflejo constituye la muestra inequívoca de la imperfección de su figura; de las múltiples aristas y los mil matices que afean lo que, desproveyéndola del atrezzo que conforman las circunstancias, es sin duda alguna la más inefable de las cosas hermosas que habitan este mundo.
¿Has sido feliz alguna vez o, por el contrario, creíste serlo?
¿Cómo podemos saber reconocer un sentimiento que nos es esencialmente ajeno, que es único y diferente para cada uno de nosotros y sobre el que jamás se alcanzará un común acuerdo?
•~•
Alza la mirada al cielo esta noche conmigo. ¿Ves el tapiz infinito del cielo estrellado? Estrellas que son recuerdos lejanos de promesas que alguna vez fueron, testigos vigilantes de presentes irrepetibles y cimientos inquebrantables de sueños que permanecerán aguardando a que te atrevas a imaginarlos.
¿La felicidad?
La felicidad es un destello efímero, ese cometa, cuerpo rutilante que atraviesa el manto celeste conectando la miríada de estrellas suspendidas en el vacío del espacio, cual hilo conductor en el tejido del tiempo.
El misterio, y milagro, será ser capaz de ver y reconocer todas las estrellas fugaces que cruzarán el cielo en cada una de las oscuras noches de tu pequeño universo, vertebrando tu existencia y dotándole a tu vida de significado, sentido y luz.
En ellas hallarás, al contemplarlas, siempre y a pesar de todo, la esencia pura y verdadera de tu felicidad.
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