El viaje, parte I
La ciudad
No creo que diez años pueda considerarse «pronto», pero henos aquí haciendo honor a aquellas palabras y manteniendo vigente aquel sentimiento. Diez años más tarde me reencuentro con los recuerdos que me llevé conmigo entonces y descubro los que tengo la infinita fortuna de poder seguir construyendo por primera vez.
Me atrevería a decir que hay dos temas recurrentes en esta cabeza mía que rara vez descansa, que se alían para compartir un común poso que se debate en ser algo que se parece a lo que va de la melancolía a la nostalgia: una es el paso inexorable del tiempo, la vida y los momentos que no vuelven; la otra es la angustia por pensar que al crecer y madurar y cambiar y dejar de ser para ser otras cosas perdemos poco a poco la capacidad para sorprendernos y maravillarnos ante lo que vemos y nos pasa, ante lo que es y supone vivir.
Hay una canción que asocio indeleblemente a esta ciudad que dice:
It's an image that's burned on my chest
Hay algo de mágico y magnético en su perfil recortado en el horizonte, en su espíritu ingobernable y en su energía siempre latente: me cautivó cuando nos conocimos y ahora, muchos años más tarde, habiendo cambiado ella y habiendo cambiado yo, nos hemos vuelto a encontrar, y siento que tal vez una parte de mí no se fue nunca de aquí. Pero también he vuelto a sentir que mientras caminaba y recorría viejos y nuevos rincones de la ciudad de techos infinitos descubría sensaciones y emociones que no existían, y que no me pertenecían hasta hacerlas mías en ese instante.
O tal vez sí, y simplemente se trata de renovar las promesas que un día nos hicimos a nosotros mismos. Sea como fuere, lo que veo ahora son imágenes nuevas para unos ojos que contemplan el mundo de una manera diferente diez años más tarde, y cuyos recuerdos son fotografías cuidadosamente guardadas en el álbum de la memoria.
El tiempo, y la vida con él, pasa y no vuelve. Pero yo he vuelto a esta ciudad, y al partir le repito (y me repito) lo mismo que le dije entonces: que sé con total certeza que nos vamos a volver, otra vez, a ver.