El mundo es un lugar que a nuestros ojos se antoja inmenso, aunque en realidad es otra mota de polvo más en el imaginario infinito del Universo, pero eso es otro tema. Para lo que nos concierne a nosotros en nuestras cortas vidas llenas de importancia y significado, el mundo que nos acoge y rodea constituye en sí mismo un lugar de horizontes lo suficientemente lejanos como para brindarnos la posibilidad de encontrar siempre experiencias y personas nuevas de las que disfrutar.
En el mundo hay muchas, muchas personas, y en gran medida son ellas las que hacen de él un lugar diferente al que es por sí mismo, para lo bueno y para lo malo. Por desgracia, parece que casi todo lo que llega a nuestros ojos y oídos es algo negativo o que está impregnado de algo negativo. Sin querer, esa tónica reinante en nuestro mundo de cada día puede deslizarse casi imperceptiblemente a través de nosotros y acabar, al final, por empapar también nuestro interior y nuestra vida. Así es como nos contaminamos y sin querer dejamos de apreciar lo que de bueno y especial hay en lo que nos rodea.
A pesar de todo y por suerte, la realidad es muy distinta.
Cuando mantienes los ojos abiertos y la mente despierta, el mundo y las personas pueden sorprenderte casi a cada instante y es así como descubres que las cosas buenas existen y están ahí, esperando a que seas capaz de abrir los brazos y darles la bienvenida que merecen.
Y así conoces la solidaridad, la bondad, el altruismo, la paciencia, la sabiduría, la inteligencia, el cariño, la ternura... y su incalculable valor cuando, en diferentes proporciones e incluso en equilibrios caprichosos, se presentan reunidos en ciertas personas con las que tienes la suerte de encontrarte en el camino.
Cuando esto sucede dos son las cosas que no puedes dejar de hacer: camina atento para no perderte la oportunidad de disfrutar y aprender de ellas, y lo que es casi más importante, agradece a cada instante lo que te ofrecen y lo que de bueno hay en lo que te regalan; el bien que hacen en tu vida y lo esencial que es para ti que puedan darte tanto y en tal medida.
Demasiadas cosas son feas y malas en el mundo ya como para dejar pasar las buenas, las que importan de verdad, las auténticamente valiosas, las que marcan la diferencia.
Da las gracias por ser tan afortunado de poder disfrutar de las cosas buenas.
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