domingo, 31 de mayo de 2015

Qué bien se está cuando se está bien






Por lo que fue y por lo que pudo ser,
por lo que hay, por lo que puede faltar,
por lo que venga y por este instante,
levanta el vaso y a brindar por el aguante...


... por el aquí y el ahora.

martes, 26 de mayo de 2015

Sobre la felicidad

Muchas veces me pregunto qué es la felicidad; en qué consiste exactamente, si existe de verdad y si es precisamente esa sensación que en ocasiones noto que invade mi interior. Casi ese mismo número de veces acabo llegando a la conclusión de que lo que me inquieta realmente es saber qué es para ti la felicidad; si se parece en algo a lo que yo siento o si tiene el mismo significado que tiene para mí.

No me atrevo a preguntarte porque creo que sensaciones como éstas son muchas veces difíciles de describir con palabras, pudiendo incluso tener poca cabida fuera de cada una de nuestras traviesas cabecitas locas llenas de pensamientos incesantes. No obstante, que no te lo haya preguntado nunca no quiere decir, ni mucho menos, que no me muera por saber qué opinas tú de todo esto.

Después de haber vivido un buen cúmulo de momentos y recuerdos sé que puedo trazar unas líneas bastante seguras sobre este lienzo de imaginación e infinidad para esbozar un boceto que refleje lo que es y significa para mí ese ideal tan hermoso e inabarcable.

Te podría decir... no sé, decenas de cosas que encajarían a la perfección en ese dibujo y a la vez ninguna, pues no creo que sea capaz de plasmar en una imagen toda la complejidad y belleza de un sentimiento. Y no sólo eso; no me gustaría hacerlo porque no es la felicidad algo que tenga sentido y existencia por sí misma... Sin tu felicidad yo no podría ser feliz, así que cada trazo será a la vez el tuyo y el mío propio, pues sé que si no es compartida, nada de ella tiene sentido.

Para mí la felicidad es mirar al cielo en un día de sol y sentir su calor y color, ver a los colores del mundo resplandecer y a la vida florecer; es también respirar el aire de la montaña y del mar, sentir el agua salada por mi piel... Para mí la felicidad es ver una película o escuchar una canción, llorar una película o una canción, sentir cómo toman las riendas de mi desbocado corazón para hacerlo latir límite y sin control. La felicidad es poder morder el frío de un helado en el calor del verano, tomarme una cerveza, o un café, o un chocolate sentado junto a una mesa donde sólo el tiempo transcurrido es a la vez una medida de sí mismo y de todo lo demás; es también la felicidad lo que siento al leer, al dormir, al correr y al saltar, al caminar a la caída del sol persiguiendo los pasos que sólo yo trazaré en pos de un horizonte desconocido que sólo yo seré capaz de alcanzar...

La felicidad es una y mil cosas a la vez, por extraño que parezca, pero es y lo creo así. La felicidad es poder sentirme seguro en el refugio que me ofrece la mirada de una persona querida, en unos brazos que velan por mi seguridad y tranquilidad, en un beso que me es entregado porque hay alguien que quiere hacerme sentir especial. La felicidad es que una sonrisa me eleve por encima de las nubes y me haga confundirlas con el mar.

Me siento feliz al dejarme caer al suelo por la noche, sobre el asfalto, la arena y la hierba, al alzar la mirada y contemplar el manto infinito de motas de luz que como polvo suspendido eternamente en el vacío, me observan desde la distancia y me sonríen porque saben que ellas, al igual que yo, se sienten felices en ese instante.

Felicidad es sentirme joven, sonreír, gritar, cantar y bailarle al mundo que la vida es una pequeña gran maravilla, y este momento, un regalo precioso que tiene tanto valor porque puede desaparecer en apenas lo que dura un suspiro.

Y dicho todo esto, sólo hay una cosa de la que estoy auténticamente seguro: la felicidad existe porque tú existes, porque para ti existe y porque tú existes para mí en la misma medida en la que yo existo para ti. ¿Qué es, pues, para ti la felicidad?

Cuéntamelo, que me muero de ganas de aprender a disfrutar de ella contigo.

miércoles, 13 de mayo de 2015

"Háblame, dime algo..."

Hay ideas que parece que sólo tienen cabida dentro de tu cabeza, donde están seguras y donde se encuentran suspendidas en un aparente equilibrio que las mantiene vivas a pesar de que existen al margen de la realidad. Tienes miedo de dejarlas salir porque desconfías de ellas y de ti mismo; dejaron de ser hace mucho tiempo algo sencillo para convertirse en una fuerza motriz compleja y a veces, incontrolable, que en ocasiones te sorprende y te obliga a preguntarte acerca de su verdadera razón de ser.

Celosamente proteges los secretos que guardan porque así crees mantenerte a salvo, pero es precisamente eso lo que te incita a estar encadenado y reprimido, pues constantemente impides que esa parte tan grande y poderosa de ti tome las riendas y te muestre el camino a seguir, el único camino que realmente deseas seguir.

Y será así, mientras te esfuerzas por encontrar el significado de todo poniendo sólo la mitad de ti mismo, como un día te soprenderán unas pocas palabras, palabras que apenas en un instante y con un poder devastador destrozarán todas tus barreras y llenarán de vida la vasta llanura yerma que se extendía en tu interior.

Serán apenas unas palabras las que conseguirán desterrar todo el miedo, las dudas, la incertidumbre y la angustia, dejando paso tras de sí a un nerviosismo que nada tendrá de negativo o incómodo, sino que significará el preámbulo y prólogo que marcará la llegada de un sinfín de emociones encontradas, ilusiones reveladas y anhelos nacientes que se extenderán por cada célula de tu cuerpo a la misma velocidad de la luz.

Una simple mirada sincera y segura y una promesa de comprensión serán suficientes para que todo tu mundo se haga al fin nítido conforme tus ojos, en ese mismo instante, comienzan a emborronarse de felicidad.

Comprensión.



sábado, 9 de mayo de 2015

Fuego

"Cada persona brilla con luz propia entre todas las demás. No hay dos fuegos iguales. Hay fuegos grandes y fuegos chicos y fuegos de todos los colores. Hay gente de fuego sereno, que ni se entera del viento, y gente de fuego loco, que llena el aire de chispas. Algunos fuegos, fuegos bobos, no alumbran ni queman; pero otros arden la vida con tantas ganas que no se puede mirarlos sin parpadear, y quien se acerca, se enciende."

Eduardo Galeano

jueves, 7 de mayo de 2015

Dos

Tienes en tu interior un regalo, un diamante en bruto que no brilla a la luz del sol pero que es duro y frágil y tiene decenas de líneas y aristas que configuran la bella complejidad de su forma. Su valor es incalculable, así que lo llevas contigo dondequiera que vas, protegido para que se mantenga intacto hasta que puedas encontrar el momento adecuado para poder entregarlo con seguridad.

Lo encontraste por casualidad y lo tomaste como si fuese tuyo, como si te perteneciese, porque te pareció que no podrías dejarlo pasar así sin más, como se deja de lado una piedra en el camino al caminar.

Este diamante no proviene de la tierra, pero de algún modo te ata a ella como las raíces mantienen anclado a un árbol al suelo del bosque. No es una semilla, pero de algún modo sientes que está lleno de una energía inconmensurable que pugna por explotar, por tener la oportunidad de desafiar a la vida para mostrar todo lo que de bueno y bello hay en él.

Ese diamante que portas con recelo y desvelo en tu interior es el regalo más grande que nunca concebiste y el que jamás serás capaz de superar, pues sin quererlo pusiste tanto de ti en él para decorarlo que se llevó parte de aquello que te define y te describe, que te hace ser quien eres.

Ese regalo inerte que descubriste por casualidad es ahora una y dos cosas a la vez: es tu carta de compromiso con la vida tal y como la entiendes y comprendes y es también, y al mismo tiempo, un reflejo de lo que eres y ofreces y de lo que quieres poder llegar a ser y ofrecer.

A pesar de todo, a pesar de tu empeño y tus ganas de mejorar aquello que tan sólo se permitía el lujo de ser corriente y ordinario, ves a tu regalo languidecer, consumirse lentamente con el incansable suceder de los días y las noches, perdiendo vigor a cada instante mientras tú pierdes junto a él la confianza y la determinación.

Lo que primero era ante tus ojos nítido y claro se antoja ahora más difuso, y no es que ya no quieras deshacerte de tu valioso regalo, sino que comienzas a dudar de que alguien esté ahí esperando para recibirlo ansioso. Entonces es cuando ese diamante convertido en semilla se marchita y comienza a dejarse morir.

Y tú, que no quieres que eso suceda bajo ningún concepto, te abandonas completamente a la tarea de regalarte la última, definitiva oportunidad de llevar a cabo la misión a la que te entregaste con devoción cuando recogiste aquel regalo por primera vez. Fue aquel impulso fugaz el que auténticamente te mostró el verdadero camino a seguir.

Tu regalo no puede desvanecerse así, sin más, sin que pueda ser capaz de mostrarse tal y como es, de prometer a quien lo merezca todo lo que tiene en sí para ofrecer y para regalar a quien lo merezca todo lo que tiene en sí para regalar... porque es, al fin y al cabo, el regalo más bonito del mundo.

sábado, 2 de mayo de 2015

Eternidad



"El tiempo es muy lento para los que esperan, muy rápido para los que temen, muy largo para los que sufren, muy corto para los que gozan; pero para quienes aman, el tiempo es eternidad."

William Shakespeare

Haunted


Sometimes it is a storm; sometimes it is the shelter you seek when the storm is howling outside.
But no matter what, it is always full of those endless, overwhelming sensations that rarely find their way out, proving themselves to be painfully out of reach, distant. ethereal.
Insecure.