Celosamente proteges los secretos que guardan porque así crees mantenerte a salvo, pero es precisamente eso lo que te incita a estar encadenado y reprimido, pues constantemente impides que esa parte tan grande y poderosa de ti tome las riendas y te muestre el camino a seguir, el único camino que realmente deseas seguir.
Y será así, mientras te esfuerzas por encontrar el significado de todo poniendo sólo la mitad de ti mismo, como un día te soprenderán unas pocas palabras, palabras que apenas en un instante y con un poder devastador destrozarán todas tus barreras y llenarán de vida la vasta llanura yerma que se extendía en tu interior.
Serán apenas unas palabras las que conseguirán desterrar todo el miedo, las dudas, la incertidumbre y la angustia, dejando paso tras de sí a un nerviosismo que nada tendrá de negativo o incómodo, sino que significará el preámbulo y prólogo que marcará la llegada de un sinfín de emociones encontradas, ilusiones reveladas y anhelos nacientes que se extenderán por cada célula de tu cuerpo a la misma velocidad de la luz.
Una simple mirada sincera y segura y una promesa de comprensión serán suficientes para que todo tu mundo se haga al fin nítido conforme tus ojos, en ese mismo instante, comienzan a emborronarse de felicidad.
Comprensión.
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