Para ello, sin embargo, has de estar preparado. Preparado porque las reglas de este juego no están escritas en ningún papel pero son harto conocidas; lo más difícil será que seas capaz de adaptarte a ellas sin perderte en el intento, siendo consciente en todo momento de que juegas por ti y para ti para salir ganando siempre.
No es este tu momento ni esta tu oportunidad porque no eres capaz de manejar al azar para que se atreva a bailar contigo. O porque tú no te atreves a bailar con él. Antes de salir a la pista tienes que conocer los pasos a ejecutar, pues en ellos reside la esencia de tu fortaleza o tu debilidad.
No es este tu momento porque para alcanzar una meta debes primero saber de dónde vienes, a dónde vas y qué rutas vas a trazar. Puedes perderte en el camino pero no puedes permitirte el lujo de no conocer la forma de regresar.
Antes de que el germen de una idea se materialice y comience a hacerte cambiar debes ser consciente de tu potencial, de todo lo que eres y representas. Debes ser a la vez cartógrafo y marinero para representar e interpretar, para trazar y guiar lo que de forma inequívoca va a ser el camino en busca de tu único y especial ideal de la felicidad.
Para que puedas conseguir tu objetivo deberás conocerte a ti mismo, valorarte, enjuiciarte, amarte... para que así tu proyección hacia el mundo sea íntegra, honesta, real. Para que manes de la tierra con una intensidad tal que los ojos y oídos de quien tenga sus sentidos despiertos no puedan ignorar lo que de bello y singular ofreces al mundo de forma altruista y, por encima de todo, personal.
"Amarse a uno mismo es el comienzo de una aventura que dura toda la vida."
El camino se extenderá hasta el final, aunque conforme vayas siendo capaz de culminar etapas de esta aventura lo que otrora era un sueño lejano se irá haciendo cada vez más palpable, inteligible... de verdad. Y así, un día, cuando al fin estés en condiciones de mostrarte al mundo tal y como eres, cuando menos te lo esperes, lo extraordinario comenzará al fin a ser no solamente un ideal sino también una realidad.
Por ahora y de momento olvida todo aquello que inconscientemente te mantiene atado y te impide ver la luz. Retira el velo que cubre tus ojos y reduce tu visión. Libera tu mente de ideas y pensamientos. Siéntete abierto al cambio y voluntarioso para afrontar lo que sea que está por llegar.
No busques, encuentra. No estés alerta; relájate y fluye por la vida como un río se escurre por las montañas. No tengas prisa y no seas impaciente porque tarde o temprano acabarás al fin por alcanzar el mar.
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