lunes, 30 de septiembre de 2013

"Tout est possible regarde le ciel"

Esta mañana miré a través de la ventana y contemplé un pequeño pedazo de cielo azul y blanco. Por un momento me pregunté cómo sería la sensación de poder alcanzarlo. Al momento cerré los ojos y me reprendí por mi ingenuidad.

Ahora, sin embargo, no tengo más que escoger un trozo concreto del tejido que cubre mi cama, colocar ahí mi cabeza, cerrar de nuevo los ojos... e inspirar, lenta y pausadamente. Entonces veo el azul más azul, más blanco, inmenso y cercano. Por la ingenuidad de esta mañana.

Y me pregunto: ¿son ésos los indicios que me susurran que el sueño ha comenzado?

sábado, 28 de septiembre de 2013

Use your illusion

Es la mente mi mayor enemiga y a la vez mi mayor tesoro. Los juegos de la ilusión carecen de leyes y principios.

Idealizar lo ideal no es un error, es correr un gran riesgo. No hay límites definidos, no hay un centinela que guarde el territorio de la cautela, no hay posibilidad de contener el inmenso poder de la imaginación. Intentar creer lo contrario es abnegar de la razón y la cordura.

Los pies se elevan del suelo con suma facilidad y con la misma vuelven a caer. Lo inevitable es éso, y también pensar que se puede elegir cuándo y cómo hacerlo.

Todo comenzó pronto con energías renovadas y fuerzas redobladas. De repente, apenas un suspiro después, nos encontramos en la típica estación de tren en la que se hace balance de daños y desperfectos; donde la mente se examina y hace constar de su obstinación. No obstante la similitud de escenario, las intenciones son diferentes esta vez, así que es posible que el destino final permanezca aún por descubrir.

A pesar de querer soñar, he de aprender a mirar hacia abajo lo suficientemente a menudo como para garantizar que la caída en caso de flaqueza será soportable.

Y sí, después de todas las promesas nuevas sigo igual de perdido que siempre, pero esta vez estoy seguro de querer llegar al final de todo y poder decir que el fracaso, en tal caso, lo gané luchando. O al menos no abandonando.

Puedes intentar jugar y que la mente participe en el juego; puedes querer llegar tan lejos como desees, pero el simple hecho de desear no será capaz jamás de vencer siquiera la fuerza de la gravedad.
No puedes pretender controlar a una supernova.

Alégrate, al menos, de no ser devastado por ella.

viernes, 27 de septiembre de 2013

Ideal y no perfecto

No hay nada perfecto en este mundo imperfecto. Aun así, a menudo lo que nos ayuda a vivir nos parece ideal, acaso perfecto. Pero no es más que un sueño ingenuo creer algo así, pues no está en nuestra mano conocer cuánto tiempo podremos considerarlo como tal.

A pesar de que no creo en la perfección y sé que no existe, trato de buscar a mi alrededor todo aquello que pudiera ser imagen de lo que quizá en algún lugar lo sea.

No existen tampoco los momentos perfectos; simplemente son momentos que, por algún motivo, significan algo más para quien los vive. ¿Pero cómo puedes considerar que existe el momento perfecto si sólo vives ése y no otro y no representas a toda la humanidad?

Todo lo anterior es verdad, por supuesto. Hoy y ahora quiero contarte algo, sin embargo. Soy un hipócrita y un iluso y no me importa engañarme si con ello consigo acercarme y vislumbrar algo de esa inexistente imperfección.

Sonríe y habla, eternamente, y yo podré quedarme sentado contemplando cómo el tiempo transcurre, primero rápido, luego lentamente hasta detenerse. Entonces me preguntarás por qué hice algo así, y yo te responderé que detuve el tiempo porque quise permanecer siempre en ese momento fugaz e ideal que para mí fue perfecto.

Creerás que estoy loco, pero te equivocas. Para quien desea soñar y sueña, la locura es un puente tendido hacia la perfección de la felicidad.

jueves, 26 de septiembre de 2013

Lo que hay en el cielo

En el cielo hace sol, huele a humedad y a hojas y a césped seco. En el cielo el viento arrastra consigo el sonido de un canto melodioso que transporta un aroma inconfundible.
El más insignificante detalle basta para hacer que mi mundo se estremecezca. Esto es sólo el principio; el comienzo de algo nuevo, virgen, desconocido, inesperado.

¿Con tanto por descubrir, por qué el temor a perderlo?

Quiero soñar sin límites, entregar mi mundo, pero he aprendido de los errores y por eso quiero mantener mis pies sobre el suelo, firmes. La cautela y la paciencia guiarán mis pasos en el futuro.

Aunque, bien pensado, sin esperanza no hay futuro, sin futuro no hay presente y sin presente... no hay nada.

El hoy es el ayer del mañana. El ahora es el luego de lo que fue antes. Al compás del tiempo se escribe todo y marca ahora el ritmo del baile de sus ojos.

miércoles, 25 de septiembre de 2013

El vértigo causado por la emoción y por la intensidad de un deseo.

La necesidad de captar hasta el más mínimo detalle, un resquicio que se abre en la oscuridad para calmar la urgencia de sentir la luz y el aire.

La angustia de saber que la suerte puede no caminar a mi lado.

El miedo a perder, a decepcionarme, a arrojarme al corazón del huracán con solo ilusiones caducas a las que aferrarme.

La incertidumbre de la consciencia de la dificultad, de lo imposible, de lo irreal. Del desconocimiento y el misterio.

Por encima de todo, sin embargo, la opresión, el vacío en el pecho que se convierte en idea omnipresente en la cabeza y estímulo omnipotente en el corazón. La sensación de rozar el cielo con las manos.

Yo, mientras tanto, seguiré aquí esperando a que el espacio se acorte y pueda saltar al fin seguro.

lunes, 23 de septiembre de 2013

1-14-1

Un parque. El sol. El cielo azul, rojo, naranja y amarillo. Un atardecer; el atardecer que despide un verano inolvidable. Las montañas recortadas en el horizonte, bañadas por los últimos rayos de luz.

En ese pequeño paraíso apuro los rezagados instantes que aún quedan de un fin de semana increíble, tanto por los momentos como por sus protagonistas.

Descubrí que existe la perfección, el ideal siempre perseguido que hasta hoy no quería dejarse ver. Desaparecida la quimera, queda simplemente hacer del sueño de tantas noches la realidad de los días.

¿Qué es eso sino una proposición egoísta, indecente? Lo es, pero no por ello significa que deba dejarse atrás. En la vida hay ocasiones en las que uno debe aferrarse a sus deseos para salir adelante, para ser feliz y, en definitiva, para luchar por lo que quiere.

He pasado demasiado tiempo persiguiendo sombras. Acepté las consecuencias de ello y cuando la verdad caló en mi interior fui consciente de mi estupidez. No por ello cesé en mis intentos y sólo encontré el vacío a mis pies.

Esta vez, sin embargo, todo es más... real. Es pueril, casi suicida y desesperado, pero ahora que he descubierto que mi pasión por aquello que da sentido a la vida es recompensada con la visión de la imagen fiel de su silueta, no puedo dejar de pensar que las oportunidades hay que hacerlas propias arriesgándose a perder, mas si se puede perder, tanto o más se puede ganar.

Quiero arriesgarme esta vez, sin importar lo que pierda por el camino. El verde de unos ojos es más verde si se miran con devoción.

Quiero forjar mi propio sueño en mi única realidad. Quiero luchar por ella.

domingo, 22 de septiembre de 2013

Los errores de un idealista. Las ilusiones de un iluso. El sueño de un soñador.

Un ideal reflejado en la realidad.

Ojos claros, voz suave, sonrisa dulce y el misterio de lo desconocido.

Sentir que lo que fue imaginado es ahora palpable, sensible, real.

El mundo entero tiembla. Mi mundo se revuelve y yo me pregunto qué sucedió para que comenzase el huracán.

Fue inesperado, afortunado e imprevisible. Y ahora me deja aquí, en mitad de la tormenta, en la vorágine del caos, donde el orden reposa en la misma alocada presencia que lo originó.

Casi sin quererlo entregué demasiado por algo, quizá, que se volverá contra mí tarde o temprano; que es arriesgado, desesperado; también humano. Un sentimiento puro, radical, con el poder para conseguir que las montañas se muevan. La consumación del ideal máximo que otorga el sentido a la vida y al mundo.

Me encanta soñar; más aún cuando mi mayor sueño baja del cielo, abandona su lugar entre las estrellas y se atreve a decirme que no es descabellado, que quizá lo pueda alcanzar.

No pìenso ahora en la decepción y el desencanto, simplemente escucho la única voz que me susurra lo que quiero oír, que la belleza vaga por el mundo modelando sueños y, esta vez, decidió jugar conmigo a tejer un retal que aglutina todo lo que valoro, deseo y aprecio.

He puesto de mí más de lo que debería, pero sé que el precio pagado bien vale la posibilidad de ser feliz.

miércoles, 18 de septiembre de 2013

A leap of faith

Es hora de pasar página, de cambiar de aire.

Llegó el momento de aceptar lo que uno tiene por su valor y no por lo que aún falta para que sea acaso "perfecto".

El tiempo ineludiblemente coloca todo en su lugar correcto, por suerte o por desgracia, y aunque la lección a veces se aprenda de manera repentina y a contratiempo, acaba siempre por cobrar sentido más pronto que tarde.

En ese instante en el que la realidad de las cosas que vives se muestra frente a ti, sabes que debes asumir lo que conlleva, las consecuencias que acarrea en el brazo y, por encima de todo, las nuevas perspectivas que se abren en el horizonte; posiblemente unas que te acercarán más que nunca a donde quieras estar de verdad.

Puede quizá que en ese momento de catarsis, de éxtasis amargo, se cuele en tu cabeza una idea traviesa, descabellada, atrevida; una idea que en un instante lo invada todo y se convierta en fuerza motriz y bebida para la avidez de sentimientos. Idea que, sin ser diferente de las que ya forman parte del pasado, te invita a que no te rindas y, por qué no, intentes seguir aquello que te sugiere tan delicadamente haciendo mucho ruido en tu interior. Y quién sabe si, después de todas las idas y venidas, ilusiones y decepciones, será ésta la que finalmente consiga brindarte la posibilidad de alcanzar eso que más anhelas...

Para comprobarlo sólo se necesita tener el valor para atreverse a hacer un salto de fe. Y éso es algo de lo que carezco.