sábado, 3 de junio de 2017
Aire
viernes, 2 de junio de 2017
Feel the fire
miércoles, 31 de mayo de 2017
Sentimiento sentido
Era pequeño.
Y, un día, me hice mayor.
Y el sueño... se hizo realidad.
jueves, 25 de mayo de 2017
Sensibilidad
martes, 23 de mayo de 2017
The eternal moment of now
Piérdete en él, deja que te envuelva, te acaricie y te transporte a dondequiera que decida llevarte.
No tengas miedo.
Gracias a él existes, estás aquí ahora... y sonríes.
Porque nada hay más precioso que la vida en este instante.
domingo, 21 de mayo de 2017
Sorprenderte
"Hay dos formas de ver la vida: una es creer que no existen milagros, la otra es creer que todo es un milagro."
domingo, 14 de mayo de 2017
Sentido
lunes, 8 de mayo de 2017
Meaning
En su interior, negro como la noche, estallan fuegos artificiales.
viernes, 5 de mayo de 2017
Cien canciones para cien momentos (IV)
77. Conducir por la noche.
78. Culpar.
79. Decir adiós a un ser querido.
80. Viajar.
82. La nostalgia.
83. Sentirte incomprendido, diferente, pero a pesar de todo esperanzado.
84. Obsesionarte. Soñar despierto.
85. Un instante de felicidad.
87. Darte por vencido.
88. Tumbarte sobre la hierba y contemplar el cielo estrellado.
90. Sentirte aterrado, solo, vacío, desesperado. Para esos momentos en los que se apagan las luces y todo se tambalea.
91. Cuando te parten el corazón y sólo queda un agujero en el pecho.
92. Buscar refugio en la seguridad de unos brazos queridos.
93. Una caricia. Quedarte embelesado ante la visión más hermosa del mundo. Perderte.
94. Cerrar los ojos y dejarte transportar a otro lugar.
95. Enamorarte.
96. Hacer una promesa.
97. Confundir el sueño y la realidad.
99. Mirar a alguien a los ojos y desear que el tiempo se detenga.
martes, 2 de mayo de 2017
Cien canciones para cien momentos (III)
50. Quedarte en la cama toda una mañana.
51. Una fiesta.
52. Volver a casa, ese lugar que siempre estará ahí a pesar de todo.
53. Un viaje en autobús o en tren por mitad de ninguna parte.
54. Sentirte en plenitud.
55. Encontrar apoyo en un momento difícil.
56. Revivir un momento en el que comenzó algo especial.
57. Correr.
59. Escuchar en lo alto de una montaña.
60. Contemplar el fuego.
61. Dormir la siesta.
62. Marcharte lejos de casa, a otro lugar donde empezar de cero.
63. Recordar la niñez.
64. Cuando nada tiene sentido.
65. Despertarse.
66. Una mañana de verano.
67. Envejecer.
68. Tomar una decisión trascendental en tu vida.
69. Cuando el viento del invierno te golpea en la cara.
70, Escuchar en el metro.
71. Un momento de necesidad.
73. Una noche de tormenta.
74. Evocar el olor de un perfume.
75. Creer.
sábado, 29 de abril de 2017
Cien canciones para cien momentos (II)
26. Sentirse diminuto, desnudo y desamparado.
27. Sentirse esperanzado, optimista y positivo.
28. Emocionarse.
29. Los momentos de dudas, de decepciones, cuando cometes un error.
30. Celebrar días de felicidad pasados.
31. Entrar en trance.
32. Arrepentirse.
33. Ver una foto, y que lo que te recuerda te conmueva por dentro.
34. Recorrer una ciudad enorme por la noche.
35. Los días grises.
36. Volver a casa de noche, caminando, sintiéndote vacío.
37. Ver amanecer.
38. Los momentos de melancolía.
39. Caminar bajo la lluvia.
40. Escuchar todos los viernes de tu vida.
41. Los momentos en los que te fallan las fuerzas.
42. Decir adiós a un tiempo, una etapa, una época que siempre recordarás con cariño.
43. Escuchar por la noche, antes de dormir.
46. Un momento bajo, oscuro, de donde cuesta salir.
47. Estar lejos, sentirte lejos y echar de menos.
48. Cuando pierdes la esperanza.
lunes, 24 de abril de 2017
Cien canciones para cien momentos (I)
1. (Soñar con) Dejarse llevar.
2. Temblar.
3. Caminar junto al mar.
4. Estar solo y perderte dentro de ti mismo.
5. Conducir al atardecer.
6. Sobrevolar las nubes en avión.
7. Las despedidas.
8. Romperte por dentro.
10. Sentirse joven.
11. Sonreír.
12. Mirar arriba, al cielo matinal, y pensar que quizá un día encontrarás aquello que tanto deseas.
13. Escuchar mientras afuera, en la calle, llueve y las gotas se escurren por el cristal.
14. Los días fríos de sol en invierno.
15. El otoño y las hojas secas en el suelo.
16. Escuchar en primavera.
17. Abrazar a alguien especial.
18. Caminar por París.
19. Perderse en la naturaleza, en el mar, en cualquier momento y lugar.
20. Despedir un año.
21. Una noche de desvelo.
22. Cuando la música no es suficiente para acallar el ruido en tu cabeza.
23. Sentirse solo.
25. Perderse por las calles de Madrid.
Momentos artificiales
sábado, 22 de abril de 2017
Worlds apart
A veces las cosas suceden sin hacer ruido, como si tratasen de pasar desapercibidas.
Por la noche, cuando reina el silencio.
Cuando todo lo que eres se transforma en lo que sueñas.
Ese lugar donde no existe el tiempo y la realidad se distorsiona.
Ese lugar donde, a pesar de todo, te encuentras a ti mismo libre de prejuicios, de barreras, de miedos e inseguridades.
Donde la verdad se muestra tal y como es; donde te llena, te reconforta y te empuja a ser tú mismo.
Donde las cosas que importan lo hacen de forma irremediable.
Donde todo sucede rápido, intensamente, y se siente auténtico.
Antes de convertirse en aire. Sigilosamente. Sin que puedas evitarlo.
De golpe.
Como una nube, como el humo; desvaneciéndose lentamente hasta quedar en nada.
Una nada vacía pero colmada de significado.
Porque en algún momento existió de forma diferente.
Y entonces te das cuenta de todas las cosas que ocurren porque haces que ocurran, o porque al menos ejerces una influencia tal para que acaben por ocurrir.
Pero también de las que no.
Te interrogas entonces, tratando de comprender por qué no suceden.
Y para algunas preguntas no encuentras respuesta; para otras sí.
Te sorprende lo bonito que es el mundo, el milagro que es poder disfrutar cada día de este regalo maravilloso que es la vida.
Lo que eres, lo que quieres, lo que haces y lo que vives.
Lo que compartes.
Con quién lo compartes.
Y entonces, en mitad de la oscuridad, se produce un choque violento cuando la realidad emerge bruscamente para traerte de vuelta de un mundo irreal, etéreo, que sólo existe en tu cabeza.
Un mundo en el que todas las piezas parecen encajar.
Un instante en el que un pedazo inmenso de ti era libre.
Un fugaz lapso de tiempo en el que todo tu ser se encontraba en armonía con algo más grande, más hermoso y más sincero que cualquier otra cosa que pudieses imaginar.
Un momento en el que eras feliz. Pura y completamente feliz.
Antes de que todo acabase.
Despertar.
En silencio, en mitad de una vasta negrura.
El calor bajo las sábanas es incapaz de contrarrestar el frío que nace en lo más profundo de tu pecho, conforme tu mente intenta comprender lo que acaba de suceder.
Ese vacío que sientes no es más que el resultado de la desaparición de una parte de ti mismo.
Y te sientes pequeño, triste y solo.
Conforme se abalanzan sobre ti las dudas y de nuevo se erigen imponentes los muros de la consciencia piensas en todas las cosas bonitas que, por un motivo u otro, nunca llegan a existir más allá del universo de los pensamientos.
Sientes lástima, una pena profunda y honesta.
Una parte de ti se resquebraja.
Otra intenta buscar a tientas en la oscuridad un signo de la salida del sol; un rayo que consiga desterrar la negrura, que ilumine con fuerza los últimos vestigios de eso que hasta hace un instante antes era tu única realidad, lo único verdaderamente importante, esencial.
Que desaparece con cada segundo que pasa para, al final, parecer que nunca hubo existido.
Un sueño.
Un recuerdo de un mundo infinito, maravilloso.
Inalcanzable.
lunes, 10 de abril de 2017
Abre un paréntesis
A veces estás rodeado y te sientes solo, otras estás solo y te sientes acompañado; piensas cuando no quieres pensar, piensas lo que no quieres pensar, dudas cuando no quieres dudar. Te gustaría encontrar un segundo de calma, sosiego, paz.
A veces es complicado poder hallar un rincón donde puedas permitirte el lujo de dejarte llevar, de estar sin más ni más...
"A veces, por muy alta que pongas la música sólo puedes oírte a ti mismo."
Y otras veces, durante un lapso de tiempo brevísimo y glorioso, todo cobra sentido. Unas luces se apagan, otras se encienden. Suena una guitarra y una voz. El sonido te envuelve, llena tus oídos, tu cabeza e inunda tu interior.
El poder de la música, de una canción.
Un acorde.
Tres minutos y medios de emoción.
Pulso acelerado, pensamiento a la deriva.
Entonces todo encaja, o casi todo. Pero lo que no lo hace no te inflige tanto daño. Lo malo se hace menos malo y lo bueno aún más bueno.
Se disipan las nubes. Sale el sol.
El hechizo dura poco, pero mientras persiste su efecto ese paréntesis abierto en el espacio y en el tiempo resulta absolutamente maravilloso.
jueves, 6 de abril de 2017
Acento
Al final, un acento no es más que un detalle. Una parte pequeña de un todo inmenso, pero una parte que lo representa a la perfección.
Que marca una diferencia indescriptible.
Te harás daño.
Quién sabe.
Por ahora, espero que sí.
domingo, 2 de abril de 2017
Random thoughts
viernes, 31 de marzo de 2017
Sobre la belleza
Y ahora piensa en algo que te haga feliz.
No busques nada complejo, quédate con un detalle. Algo que te resulte especial, que creas que nadie más sabe, quiere o acierta a valorar como tú haces.
Abraza esa sensación que nace en tu interior al intentar hacerlo real en tu mente.
No importa si es algo que forma parte del pasado o que ahora te es lejano. Todo es válido con tal de que sea capaz de agitar algo dentro de ti.
De hacerte sentir.
Me resulta curioso pensar cómo algo tan ínfimo, tan delicado, puede convertirse en realidad en un tesoro tan valioso para cada uno de nosotros.
Y me resulta aún más curioso pensar que a veces esos detalles que para ti marcan una diferencia tan radical como el día y la noche pueden pasar desapercibidos.
Porque alguien no quiere prestarles atención. O no quiere cuidarlos.
Y entonces se rompen.
Quiero pensar que esos pedazos que representan la esencia misma de lo que somos tienen una razón de ser más allá de la meramente aparente; más allá de lo que otros hagan con ellos, o de lo que otros nos obliguen a hacer con ellos.
Quiero pensar que nos definen y, en algún momento, acaban conduciéndonos a algún lugar hermoso donde cobran sentido, donde merecen la pena y donde pueden volver a unirse.
Para ser, y que nosotros seamos con ellos.
Es como si esos detalles vitales fuesen semillas que recogemos de un suelo yermo y cuidamos con mimo y dedicación porque queremos que, un día, puedan convertirse en flores de vivos colores que consigan romper con la monotonía circundante. Y precisamente cuando ese día al fin llega, decides devolverle a la tierra lo que le arrebataste, y entregas buena parte de tu energía y tu fuerza de voluntad en hacer que las plantas enraícen y crezcan en ella. Les proporcionas agua y luz e intentas que nada les falte, y entonces hay un momento en el que consideras que son ya lo suficientemente fuertes y la tierra lo suficientemente generosa como para que puedas permitirte el lujo de entregárselas para siempre.
Pero nada es lo que parece.
Cierras los ojos, decides confiar, como un salto de fe, y pones un sentimiento a disposición de algo mucho más grande, más fuerte y más poderoso que tú. Lo que más valoras, ese detalle que marca la diferencia, ese tesoro que proteges con celo.
Decides creer.
Y todo se seca.
La tierra, las raíces, las plantas y las flores. Y tú con ellas.
Te preguntas qué hiciste mal, si hiciste algo mal; ¿qué podrías haber hecho de manera diferente?
Te fallan las piernas porque, ingenuo de ti, creías que a alguien podía importarle. Ya no el simple hecho de que quisieras hacer brotar semillas en tierra infértil, sino el que soñases siquiera con tener flores de tantos y tantos colores.
Porque al fin y al cabo es tan sólo un detalle.
Uno que, sin embargo, lo cambia todo.
Porque revuelve algo en mi interior.
Porque me hace sentir vivo.
Y porque es, en última instancia, la manifestación más pura y hermosa de la belleza. De lo que existe y tiene valor para mí.
Ese «algo» etéreo que, consciente o inconscientemente, cada uno de nosotros anhela alcanzar en algún momento, de alguna forma.
Dime que no estoy loco; que a ti también te pasa.
Dime que a pesar de todo merece la pena.
Y que aunque hayas tenido tú también que renunciar a algo que te hacía feliz, sentirte especial, reír... no has perdido la esperanza.
No has dejado de creer.
Creer en que hasta lo más pequeño, frágil e insignificante puede nacer del más ínfimo de los detalles.
Como una sonrisa.
Una mirada.
Como una semilla.
Porque las cosas hermosas siempre merecen la pena.
Incluso cuando no sabemos si realmente merecerán la pena.
Ahora cierra los ojos.
O, espera, no lo hagas todavía.
Primero retoma ese recuerdo donde eras feliz; ese detalle del que hablábamos.
No lo dejes escapar.
Mímalo, cuídalo y protégelo a toda costa.
Porque nadie más que tú sabrá otorgarle el valor que posee y merece; y al hacerlo te estarás valorando, cuidando y protegiendo a ti.
Eso es lo único que me importa.
Ahora, probablemente, aún te sobren algunos segundos de esta canción maravillosa.
Cierra los ojos.
Escucha; déjate llevar.
Y sonríe.
martes, 28 de marzo de 2017
Questions we shouldn't have asked
domingo, 26 de marzo de 2017
Pompas de jabón
jueves, 23 de marzo de 2017
Origen
Todo comienza con un pensamiento.
Una idea fugaz, desordenada.
Un instante de lucidez.
Un segundo de más.
Electricidad y luz.
Una pieza que encaja, o que parece encajar.
Y entonces... una pregunta.
Vacilación.
Temblor.
Consciencia y realidad.
Y entonces... la misma pregunta.
Sin respuesta.