sábado, 5 de octubre de 2013

Los acordes flotan en el aire y envuelven la figura que mis ojos contemplan. Una estampa de belleza infinita que desearía poder hacer estática, permanente, eterna, y así la contemplaría a la luz del sol, las farolas y las estrellas hasta el momento en el que la noche se confundiese con el día y me engullese hasta hacerme desaparecer.

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