domingo, 20 de octubre de 2013

Toc, toc

Hola.

Abre la puerta, pasa. Di cualquier cosa.

¿Qué tal el día?

Es suficiente. Siéntate y dedícame un solo minuto. Alza la cabeza, mírame sin más.

Despídete y vete (¡no lo hagas!). Déjame aquí embobado, persiguiendo con la mirada la estela de algo que no es nada y lo es todo a la vez.

Adiós.

Vuelve pronto, porque es demasiado difícil vivir del aire.

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